Ocho reglas para salvaguardar los datos y la privacidad en internet







 
 
La protección de la privacidad y de los datos personales es esencial para un buen uso de Internet y las redes sociales. La suplantación de identidad o phishing, los virus, los programas espías o las estafas son algunos de los peligros de un uso irresponsable de la información personal en la Red. Destacamos ocho recomendaciones y prácticas de seguridad que ayudan a salvaguardar los datos y conservar la privacidad, para que las apliques en tu propio comportamiento en Internet y ayudes a tus alumnos, mucho más vulnerables, a navegar con seguridad.
 
 






OCHO CLAVES PARA PROTEGER TU PRIVACIDAD

  1. 1. Evitar compartir cualquier dato personal por Internet. La primera norma debe ser, siempre, ejercer el sentido común, la responsabilidad y la máxima precaución. Ya sea un chat, las redes sociales, el correo electrónico o una aplicación de móvil, el envío de datos sensibles a través de cualquier tipo de mensaje, aunque sea privado, nunca es totalmente seguro. Tu ordenador puede tener alguna brecha de seguridad o la persona que te pide información puede no ser quien dice ser. Esta norma es especialmente importante en el caso de los niños y jóvenes, que pueden ser una presa fácil de este tipo de engaños; estos pueden derivar en experiencias tan terribles como el ciberhostigamiento o grooming, el acoso de menores por un adulto a través de Internet. Explica a tus alumnos que no deben dar ningún dato personal, por inofensivo que parezca, a un desconocido o en un lugar en el que puedan ser públicos.
  2. 2. Instalar un buen antivirus y mantenerlo actualizado. El antivirus no solo evita la instalación de programas maliciosos o malware; puede además controlar la navegación (por ejemplo, detectando páginas web inseguras) y te protege, los programas espías o spyware, que se instalan en el dispositivo, se ejecutan en segundo plano sin que nos demos cuenta y roban la información que introducimos en páginas web o programas. En la web del instituto Av-Test puedes ver análisis y listados de los mejores antivirus del momento. Entre las opciones gratuitas destacan AVG o Avast.
  3. 3. Utilizar contraseñas seguras. Al usar contraseñas, ya sea para bloquear el móvil o el ordenador o para acceder al correo electrónico y a cualquier servicio o web que lo requiera, estás poniendo una barrera sencilla y segura para proteger tu privacidad de ojos ajenos. En este enlace tienes algunos consejos básicos sobre el uso de contraseñas.
  4. 4. No conectarse a redes inseguras ni instalar software de origen desconocido. Las redes wifi abiertas pueden ser una puerta de entrada a nuestros dispositivos y a nuestra información personal. Lo recomendable es no utilizar ninguna red inalámbrica sin clave, ya que la información no se cifra ni se protege. Lo mismo puede ocurrir cuando instalamos un programa en el ordenador o una aplicación en el móvil de orígenes desconocidos. Pueden incluir software malicioso y virus o acceder a toda la información de nuestro dispositivo.
  5. 5. Configurar la privacidad de programas, páginas y aplicaciones. En los ajustes de los programas, el navegador, las redes sociales, las aplicaciones o cualquier página web en la que te registres encontrarás apartados sobre privacidad. En ellos puedes configurar quién puede ver aquello que compartes, qué datos figuran en tu perfil o qué información se almacena sobre ti, no solo tu nombre o email, sino otros datos sensibles, como la ubicación GPS. Revisa con calma estos ajustes, consulta la ayuda para resolver dudas y establece los niveles de protección adecuados. En el caso de los niños y adolescentes, lo ideal es que configuren estos ajustes con sus padres, para asegurarse de que lo hacen correctamente.
  6. 6. Comprobar la autenticidad de páginas y remitentes. Cuando accedas a una página, procura teclear siempre la web en la barra de direcciones y comprueba que lo haces correctamente; evita enlazar desde otra página y no te fíes del resultado de un buscador. Así te asegurarás de que accedes a la página auténtica en vez de una versión fraudulenta, a veces muy similar a la original. Realiza este tipo de comprobaciones también en el correo electrónico, para estar seguro de que el remitente es quien dice ser antes de responder con datos o hacer clic en enlaces o adjuntos. Por ejemplo, un banco nunca va a pedir a sus clientes por correo electrónico sus datos porque no es una vía segura. Al hacer pagos por Internet o introducir información privada en una página web, observa si la dirección comienza por ‘hppts://’ (en vez del habitual ‘hppt://’), un protocolo que permite la transferencia segura de información.
  7. 7. Desconfiar ante posibles estafas. La picaresca de los estafadores nunca deja de sorprender. Bajo la apariencia de sorteos, premios y productos gratis, avisos de emergencia, descarga de programas, amenazas de cierre de servicios o cualquier otra excusa pueden hacerse con tus datos, desde tu número de móvil o la contraseña del correo electrónico hasta la tarjeta de crédito. Y pueden llegar por email, post en una red social o mensajería instantánea. Se recomienda desconfiar siempre antes de introducir cualquier dato sensible. Accede a dar datos solo si la fuente es realmente fiable (comprobando, por ejemplo, que efectivamente procede de esa empresa o está avalada por un medio de comunicación reconocido o una institución pública). E, incluso en este caso, suministra siempre los mínimos datos posibles, lee cualquier letra pequeña y sé consciente de que, aunque todo sea legal, estás cediéndoles tu información personal, lo que se puede traducir en spam o llamadas telefónicas. Además, sé responsable y antes de compartir cualquier mensaje en cadenas, investiga para ver si es cierto o estás contribuyendo a la estafa. Una simple búsqueda en Internet te puede dar información sobre el asunto; los perfiles en Twitter de la Guardia Civil o la Policía Nacional alertan en muchas ocasiones de este tipo de timos.
  8. 8. Borra los datos de navegación a menudo. Cuando utilizas Internet, tanto tu navegador como las páginas web que visitas recopilan información, a través del historial, el caché o las famosas cookies. Con esta información están al tanto de tus gustos y detalles de tu vida a través de tus búsquedas o los sitios web que visitas. Por eso en ocasiones te encontrarás con publicidad personalizada, es decir, anuncios directamente relacionados con el país al que vas a ir de vacaciones (y que has reservado online) o el producto que has consultado unos minutos antes en una web de venta a domicilio. Para evitarlo borra los datos de navegación a menudo (puedes hacerlo desde las opciones de tu navegador), tanto el historial como las cookies, los archivos o imágenes almacenados en caché, descargas, contraseñas…

 

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